Un hombre oraba pidiendo al Señor qué debía hacer para demostrarle su amor. El Salvador le contestó que hiciera un trabajo para Él, y le mostró una enorme roca que había en frente de su casa. Le explicó que debería empujar la piedra con todas sus fuerzas día tras día.
Por mucho tiempo él se afanó al trabajo, de sol a sol sus hombros apoyados contra la superficie fría de la roca, empujando con todas sus fuerzas.
Cada noche el hombre llegaba a su casa exhausto, sintiendo que todo su día había sido en vano. Viendo que el hombre daba señales de estar perdiendo el ánimo, satanás decidió entrar en acción, soplando pensamientos en su mente: “Estás haciendo fuerza para nada, hace ya mucho tiempo que te esfuerzas sin lograr mover la piedra. ¡No te mates más! ¡No vale la pena!”.
El hombre estaba desanimado y cansado, tenía la sensación de estar luchando contra un imposible; se sentía fracasado. Resolvió, entonces, orar, hablar con el Señor y elevar sus tribulaciones a Él.
“Señor -le dijo- he trabajado duro por mucho tiempo a Tu servicio, empeñando todas mis fuerzas para hacer lo que me pediste. Pero después de todo este tiempo, estoy desilusionado porque no he logrado mover la roca siquiera un milímetro. ¿Qué es lo que está mal? ¿En qué estoy fallando?”.
El Señor le respondió amorosamente:
“Hijo, cuando te pedí que me sirvieras, aceptaste; yo te dije que tu tarea era empujar la roca con todas tus fuerzas y eso es lo que has hecho. Pero nunca te dije que esperaba que movieras la roca. Tu tarea era empujar. Y ahora me preguntas si fallaste. Tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda derecha y tus piernas duras y firmes por la presión ejercida. A través del esfuerzo has crecido mucho y tus habilidades son mucho mayores que cuando comenzaste.
No moviste la roca, pero te llamé para que fueras obediente y al empujar, ejercitases tu fe y confianza en Mi sabiduría.
Eso hiciste tú, ahora Yo voy a mover la roca”.
A veces, cuando oímos una directiva de Dios, tenemos la tendencia de usar nuestro intelecto para descifrar lo que Él realmente quiere de nosotros, cuando, en verdad, lo que Él quiere de nosotros es simplemente fe y obediencia.
nota : lo que mas se refiere esta anécdota es sobre la voluntad de Dios y la obediencia y la fe. aveces creemos que cuando empezamos a caminar con dios, dudamos aveces por cosas que aveces para no nosotros son imposibles o difíciles. como dejar algo o como abandonar a alguien que no te hace bien, o aceptar la ida de alguien, o mejor dicho aveces pensamos, que las personas que mas nos exorta o regañan son las que mas no quieren hacer daño, y pensamos que las personas que nos hacen reír y nos ponen la vida fácil son las mas geniales o las que mas nos amas.
pues así paso en la anécdotas. satanás tento su mente diciéndole que descansara que no perdiera el tiempo, pues era un enemigo difrasado de amigo . lo único que les quiero decir es que busquen hacer la voluntad de Dios y ser obediente y llenos de fe para no caer en manos de ello, y aceptar cualquier regaño o cualquier cosa que tu mismo sabes que es para tu bien .
como dice un dicho "los amigos no son los que te hacen reír sino llorar con la verdad"
y como dice en la biblia " el que ama corrija"
( nuca dudes de Dios sino confía y espera en Jehova ) arirocha.blogspot.com